Mi proyecto en AZALA, Vida y amor de las imágenes se enmarcará en la investigación sobre la invocación de otros cuerpos, de cosas y gestos, en el acto de escribir, pero también —aunque de otro modo— en el de filmar. Sobre el viaje, las narraciones de viaje (relatos y correspondencias) y las imágenes: una invocación espacial, marchar, irse, volver… También sobre el hecho de hallar en todo ello cosas que disparan la vida hacia otra parte, sobre la importancia de estos desplazamientos de la vida, de estas rupturas, y, no menos, sobre su dificultad, sobre el desasosiego que produce su ausencia y la ansiedad que produce su anhelo. La investigación triangulará sobre tres cuestiones o ejes: un estado de almacenamiento o stock (que es tanto una quietud e inmovilidad de los cuerpos, como una forma exhausta de zona de espera y transacción o evasión de impuestos, una economía, al modo de las zonas francas), una disfunción, una inutilidad, una dejación, una forma-bulto o despojo, principalmente de los cuerpos, pero no solo, y una huida esquizoide: el habla incesante para transformar el miedo en deseo. No será una historia de las imágenes. Tampoco un ensayo. Tendrá cuerpo de escritura fílmica. Obedecerá a una metodología concreta, en dos tiempos, a los que él llama como aquel film de Douglas Sirk, A time to love and a time to die, un tiempo para amar y un tiempo para morir. Cada tiempo desplegará su carácter con suavidad y con dureza, a veces como un sol de primavera y otras como un sol de principios de agosto, a veces como un aguacero de verano y otras como el frío que persevera en febrero, entre la necesidad y el exceso, entre la síntesis y el derroche. Entre el amor y el potlacht.
Estancia 1.
En el proceso de esta Vida y amor de las imágenes [la imagen de] un jardín por el que paseo y me topo con gente con la que mantengo largas conversaciones se me aparece como flotante junto a esta otra: un mundo lleno de agujeros por los que de tanto en tanto los topos asomamos la cabeza. Se trata de un topos imaginal doblemente fantástico [yo diría que no solo reversible sino sobre todo y especialmente elbis rever]. Esa misma doblez la siento en la palabra estancia con sus resonancias vitales y habitacionales [las estancias de una casa que pueden ser también por extensión estación o vacación las de la vida]. En la estancia el verbo estar se desliza hacia una cualidad que considero fundamental: un tiempo que se ensimisma como por accidente en su propio baile [porque hay algo que danza en la palabra estancia: todo gira en torno a la estancia mientras se danza] y entonces no es simplemente que estemos [oh no por supuesto que no] sino que estaaaaaaaaamos. Estaaaaar. Así. Con aaaaaaa [con tantas como queramos]. Los animales saben de esto que cuento. También lo sabe por supuesto la felicidad [aunque es difícil preguntarle a la felicidad por cualquier cosa porque va demasiado rápido por la vida, a veces le cuesta reconocerse a sí misma es muy discreta, no se soporta se detesta es como si ella fuera su propia espalda es como si ella fuera la piedra en su zapato es como si ella fuera su pierna encima es como si ella fuera su galerna su grano en el culo su gnomo sudado su gola de acero su gol en propia meta]. Lo saben las noches. Lo sabe madame l’Aventure. Lo sabe también la mujer que en el baile de S. Thala entreabrió los labios para pronunciar nada. Se convirtió en la frase más hermosa de su vida [«Aquí es S. Thala hasta el río, y al otro lado del río, sigue siendo Thala»]. ¿Cómo no pensar entonces en Azala?: creo que también de Azala podría decirse «aquí es Azala y al otro lado del río sigue siendo Azala». Yo el estaaaaaar lo he vivido en Azala muchas veces [tantas que podría escribirlo así: taaaaaaaantas]. AZALA es el lugar ideal para esa a deslizada.
Una estancia como un estar deslizado no es sino una forma de asomar la cabeza en compañía. [Entonces le dije Aimar ¿te animas? y se animó].
Vendrá [Aimar Arriola] a pasar unos días hacia la mitad de esta estancia 1. Conversaremos pasearemos no hay un plan definido. No hace falta.
Pablo Marte (Cádiz, 1975) es artista, escritor e investigador. Graduado en Realización de cine y televisión por la Escuela Municipal de Audiovisuales de Barcelona y licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona, ha mostrado su trabajo en contextos como Fundación Bilbaoarte, galería Carreras Múgica (Bilbao), Museo de Bellas Artes (Bilbao), HANGAR Centro de Investigação Artística (Lisboa), Tabakalera (San Sebastián), Azkuna Zentroa (Bilbao), Kadist Art Foundation (París), Artium (Vitoria), Arteleku (San Sebastián), CA2M (Móstoles, Madrid), entre otros. Participó en la programación de HPC de consonni con El Problema está en el Medio y, también para consonni, escribió y dirigió la obra teatral Again, against, estrenada en el BAD, Festival de Teatro y Performance de Bilbao (2013). Ha publicado el proyecto editorial Pretty Woman, desplegado en un ensayo de ficción y diez intervenciones de artistas. Formó parte del programa P.I.C.A. (2019), en AZALA. Desde septiembre de 2018 es coordinador de cine_ilegal para Bulegoa Z/B. Es, además, creador y editor de TRANCE, espacio web para la crítica de prácticas artísticas y discursivas.
Aimar Arriola (Markina-Xemein, 1976) trabaja en arte como comisario, editor e investigador. Es doctor por el Departamento de Culturas Visuales de Goldsmiths, Universidad de Londres. Entre 2016 y 2019 ha organizado exposiciones y programas públicos, propios y de encargo, en MACBA, Barcelona; The Showroom, Londres; Centro Centro, Madrid; Museo de Bellas Artes de Bilbao; Tabakalera, Donostia; entre otros. Actualmente, es miembro de la Comisión Técnica del programa eremuak e Investigador Asociado de AZ Alhóndiga Bilbao (2020-2022).