Todo el aire estaba mojado. Cortinaje de prados. Telones de musgo. – Todo lo que sé, me toca – dijo una mujer joven al salir del refugio. Aún esperábamos la aurora. Se habían dado la mano. Todas. La función comenzó al amanecer y la grúa fue la encargada de poner el sol. – Oigo respiraciones – dijo un chiquillo al salir del cine. – ¡Qué cine ni qué ocho cuartos, si eso eran los pulmones del cielo! – le contestó otro chiquillo -¿He oido suspiros? – preguntó. Has oido a gente contener la respiración. El refugio estaba disponible todos los días del año. Frente al humedal. También la niebla.
Si fuera una romería, vendría vestido con sus faldas de helecho. Un mercado de flores de jueves a domingo, donde exponer radiantes pistilos. Los pétalos, antes de ponerse el sol. Han dormido al abrigo de la constelación de orión. Si fuera una venta, vendería todo el cariño como una hogaza de pan. Sin rebajas. Levadura madre, levadura colectiva, fermentos inquietos. – Regatéale, regatéale, regatéale – le dijo una señora tres veces. ¡Cuántas bacterias en un mordisquito de tierra¡
Si fuera una fragancia, vendría vestido con sus dientes de tejón y plumas. Plumaje en el jardín. Plumaje en la escritura. Cortinaje de mimbre drenando el río. Nadábamos en el pantano, cada vez más lejos. – No huele como lo esperaba – dijo una mujer mientras urdía el culo de la cesta en cruceta. Urdir, tejer, trenzar el mimbre. – ¿Se dice el mimbre o la mimbre? – pregunta aún dormido. La mimbrera, arbusto de la familia de las salicáceas, cuyo tronco, de dos a tres metros de altura, se puebla desde el suelo de ramillas largas y delgadas, flexibles, de corteza agrisada que se quita con facilidad, y madera blanca. Con hojas enteras, lanceoladas y muy estrechas, flores en amentos apretados, precoces, de anteras amarillas, y fruto capsular, velloso, cónico, con muchas semillas. Es común a orillas de los ríos, limpian el agua y sus ramas se emplean en obras de cestería.
Mendoza, Trespuentes, Nanclares, Villodas, Margarita, Hueto arriba y Hueto Abajo. De todas partes de un lado. Landa, Ullibarri, Marieta, Ozaeta, Mendijur, Nanclares de Gamboa, Guevara. De todas partes de otro lado.
Si fuera una regata, de ambas orillas lanzarían flores y las txalupas aplaudirían el agua a lo largo del río Zadorra, con las faldas remangadas y las botas de coger cangrejos. Americanos. Un castillo, un palacio, una cueva, una torre, un pantano, pueblos sumergidos, un antiguo convento, sus ruinas, refugios, parrillas para barbacoas, merenderos, para ver los pájaros, pasarelas, duchas, pozos…si no hay agua no hay vida.
Se veían los tejados de las casas secándose al sol. Soñando. Déjala que corra. Algunos partidos políticos quieren centralizar la gestión del agua en los pueblos. El agua es libre y propia. Sonaban campanas electrónicas y batería pearl dorada. También quisieron agujerear la tierra, la roca para sacarle un hidrógeno linfático que no era suyo. A esos les pararon los pies y el morro. Carreras de gotibeheras. El agua va a salir por dónde quiera. Escuchamos el reclamo de una zorra en celo. Sus ojos los ven. Son rojos. Todos para uno y uno para todos. Si fuera un cine, los ojos reposarían dentro. El árbol taparía la pantalla y la pantalla taparía el árbol. Confundiéndose con los brazos de la actriz al recoger manzanas del árbol. Manzanas silvestres, con su fermento natural. Nadie va a parar el agua, si llueve en medio del festival usaremos paraguas. El baile sigue hasta la noche casi de casi cada nuevo día. En la venta tostadas con mermelada. Todas desperdigadas por la campa. Unas cantan y otras no. Otras bailan y unas dan palmas y con los talones en el suelo. – Hemos pasado unos días preciosos, alucinantes – dice una de ellas.
Son estos fragmentos de imágenes que recuerdan algunas personas que estuvieron allí y que participaron de aquello. Aquello y Allí es Lera Lera, anhelo y trineo, un proyecto de imaginación colectiva para el diseño de un futuro alentador, vital y alegre para la cultura en Álava.
Soñé que el futuro estaba en sus labios.
Entre enero y junio realizaremos un proceso de trabajo para el diseño de un festival de artes del florecer en el jardín botánico de Santa Catalina y un programa de arte y cultura del agua en la zona de Landa. El diseño de estos prototipos estará dirigido por Garbiñe Ortega y Iara Solano, con la participación de varias invitadas y el soporte y acompañamiento de Garaion y Azala.
Algunas fechas durante el proceso:
Encuentro I, del 11 al 14 de marzo en Garaion
Encuentro II, del 15 al 18 de abril en Azala
Presentación I, 31 de mayo en Azala
Garbiñe Ortega, especializada en cine experimental y de no-ficción, su práctica se centra en la curaduría y la programación, en la construcción de públicos y en la creación de marcos específicos que amplifiquen la experiencia colectiva cinematográfica. Su trabajo curatorial ha sido mostrado internacionalmente en instituciones como Film Society del Lincoln Center (NY), Tate Modern, Film Museum de Viena, Pacific Film Archive, National Gallery of Art de Washington o Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona. Fue codirectora de programación de la Gira de Documentales Ambulante (México), directora artística del festival Punto de Vista (2018-2021) y comisaria de la Sala Z de Artium (2021-2022). Ha producido películas de Nicolás Pereda, Lois Patiño, Matías Piñeiro o Virginia García del Pino. Ha sido editora de varios libros entre los que se incluyen “Jonathan Schwartz: To Light, To Love, To Time” (2019), “Meditaciones sobre el presente: Ute Aurand, Helga Fanderl, Jeannette Muñoz, Renate Sami” (2020) o “Cartas como películas” (2022). Fue la curadora de la exposición sobre cine “Somewhere From Here to Heaven” que incluyen trabajos de Ana Vaz, Ben Rivers, Eduardo Williams y Apichatpong Weerasethakul. Actualmente, es profesora de curaduría de cine de la escuela Elías Querejeta Zine Eskola (San Sebastián) y directora artística del proyecto Dirdira Lab.
Lera lera, anhelo y trineo es un proyecto financiado por el Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Álava con las ayudas de los fondos europeos Next Generation para la diversificación de la oferta cultural en áreas no urbanas.