Una comunidad energética es un nuevo modo de generar, usar y gestionar la energía a nivel local a través de la cooperación de diferentes agentes (ciudadanía, administración local, pymes…) que contribuye a la creación de un sistema energético descentralizado, justo, eficiente y colaborativo.
Como ciudadan+s de Lasierra queremos acompañar el proceso de transición energética en la producción y consumo de energía renovable, desde un proyecto comunitario que parte de las tradiciones rurales como son los concejos y consorcios para tejer redes entre personas, asociaciones, empresas e instituciones.
Es un momento histórico en el que urge tomar conciencia y asunción del problema con el que nuestro modelo de sociedad de consumo y crecimiento económico ilimitado está amenazando a las nuevas generaciones. La transición energética debería incorporar no sólo el cambio hacia las renovables sino también, la adquisición de hábitos de consumo más sostenibles, estrategias de eficiencia, de innovación social, del derecho a decidir de los individuos, las comunidades y los pueblos y el derecho a tomar sus propias decisiones respecto a la generación, distribución y consumo de energía. En el medio rural, además, la transición energética tiene que estar íntimamente relacionada con la soberanía alimentaria, la economía circular, y los saberes tradicionales de su cultura energética. A su vez, en el mundo rural, se presenta el desafío de buscar identificación simbólica y comunitaria con el territorio para ponerlo en valor (patrimonio energético) y trazar líneas de conexión temporal y real, uniendo la tradición con los aspectos más tecnológicos de la sociedad compleja en la que vivimos.
Una comunidad energética busca un modelo de gobernanza basada en la participación ciudadana y en la pedagogía del bien común. En su última fase pretende también la toma de decisiones sobre los beneficios sociales y ambientales que se deriven de una instalación comunitaria.
Proyecto realizado con la Cooperativa Emasp