La calma de la tormenta

Residencia de creación e investigación de Antonela Cassarotti, Victoria Hernández, Mario Ballón y Julia de la Torre 
del 27 de julio al 2 de agosto
Residencias - Micorrizas

Micorrizas: mediante este programa que utiliza el nombre de la relación simbiótica entre hongos y raíces, AZALA acoge a otras estructuras amigas para que desarrollen parte de sus programas aquí.

En colaboración con Artea

El proyecto tiene como título provisorio La calma de la tormenta y reflexiona acerca de los estados de cansancio del cuerpo. Indaga sobre el espacio de tiempo de acumulación. La imagen que evoca el título es el momento en que la tormenta no explota, pero se gesta. Es el cansancio, el silencio, la atendencia de una explosión.

El cansancio entendido como momento de abandono de todas las fuerzas del cuerpo en favor de la gravedad; la toma de conciencia de la vulnerabilidad que nos constituye a través del cansancio como evidencia de la fragilidad del cuerpo. Me reconozco como un cuerpo femenino entrenado y disponible, y son desde esta perspectiva las imágenes que proyecto en relación a eficacia y productividad de los cuerpos. Propongo entonces, el cansancio como un espacio de no productividad, y el desarrollo de poéticas que den cuenta del cuerpo cansado, de la fragilidad de lo que no está “bien construido”. En general, el entrenamiento está concebido para sobrellevar el peso de la gravedad, proclamando lo vertical como estatus especial y como orientación en el espacio/territorio. También el entrenamiento, en oposición al cansancio, es la voluntad de sostener una práctica en un tiempo determinado. De aquí que puede tener fines estrictamente productivos, como la aspiración al rendimiento de los cuerpos en pos de la ganancia de capital.

Me interesa encontrar esas instancias de cansancio, de cuerpo no-productivo en términos gananciales. Reflexionar a partir de esos momentos de abandono del cuerpo productivo y habitar el desplome. Habitar el territorio como dimensión indeterminada y precaria, y entregarse a la gravedad, degradarse a cualquier idea de algo “bien construido”. Al momento, el proyecto tomó forma de relato audiovisual fragmentado, generando imágenes de acciones domésticas en diferentes escenarios y alterando la temporalidad original de dichas acciones con la edición de video. En el espacio de residencia de AZALA se profundizará esta fase, engrosando el banco de imágenes del proyecto.

Julia de la Torre (Buenos Aires, 1986) Bailarina, coreógrafa e investigadora. Actualmente reside en Madrid. Ciudad en la que desarrolla el Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual coordinado por UCLM/ Artea , y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Se graduó en Licenciatura en Composición Coreográfica en la Universidad nacional de las Artes en Argentina y se perfeccionó en México y Cuba. Hace más de diez años que transita en el campo de la creación  escénica participando como asistente de dirección, intérprete, coreógrafa, directora, investigadora e incluso activa y sistemáticamente como estudiante y espectador.